lunes, 22 de enero de 2018
Esquinas
Todas las esquinas se parecen, cada calle es
escenario de una novela interminable.
Si te resulta familiar, no es casualidad…Ahí también se escribió la historia.
Cada rincón, cada momento, cada
partícula de oxigeno se compone de nosotros y así mismo
nosotros estamos hechos de girones de las casas, de veredas y de barrios.
Las historias se entrecruzan y
todos somos vecinos de momentos compartidos, de lugares y de aire repetido. De
esquinas se componen varias piezas de las almas.
No nos son ajenos los jardines y
las plazas. La
simbiosis nos acopla. Nos renombra todo el tiempo.
Somos el bullicio de la tarde y el silencio de la noche.
El siseo de los vientos y el paso
de los tiempos nos despeina a cachetazos. A veces con corrientes cálidas, otras
veces con heladas…
Muchos caminos llevan al mismo
sitio, parecen diversos pero son otros pasos los mismos. Se dibujan y desdibujan tras de vos. Te pierden y te siguen.
Te acompaña y te abandona cada cuadra, cada árbol, cada
perro callejero, cada gato misterioso encantador… y esa ave cantarina te enamora, te susurra
tardes de niñez.
Vas caminando y siempre parece
que vas por tu barrio, aunque te hayas ido del país.
Andás en círculos caminando por
la vida y si estás lejos de casa no importa… el mundo la dibuja para vos.
viernes, 11 de agosto de 2017
Me vestí de palabra
Me vestí de palabra
para envolverte en mis criterios
y allí en mis dominios
intenté en vano hacerte entender
el fundamento de todas mis acciones.
No funcionó, hablamos otro idioma.
Nunca funciona.
Te arrancaste letra a letra
cada frase que te dije.
para envolverte en mis criterios
y allí en mis dominios
intenté en vano hacerte entender
el fundamento de todas mis acciones.
No funcionó, hablamos otro idioma.
Nunca funciona.
Te arrancaste letra a letra
cada frase que te dije.
Te llenaste de silencio.
Me quedé vacía y muda
en una habitación llena de
cuervos;
Derruida, lúgubre, nefasta…
Sé que debo dar vuelta la página
y soltarle la mano a la insistencia,
pero la pasión es necia.
Sé que debo dar vuelta la página
y soltarle la mano a la insistencia,
pero la pasión es necia.
Tengo la boca llena de
adjetivos
y un maldito verbo aun me oprime el corazón.
Me salto otra página,
una más en blanco, olvidada.
Para no guardar absurdos,
para que resista la pluma castigada
y por ahora no me saque de este cuento.
y un maldito verbo aun me oprime el corazón.
Me salto otra página,
una más en blanco, olvidada.
Para no guardar absurdos,
para que resista la pluma castigada
y por ahora no me saque de este cuento.
Un libro, una puerta
Un libro, una puerta.
La habitación de siempre, aburrida y cotidiana
a veces te sorprende relajada y de entre casa.
Te traslada a otro escenario de la mano de algún genio.
Dejás de ser vos por un rato y tu casa deja de ser casa.
Seguro una certeza se refuta
y seguro un sentimiento evoluciona.
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martes, 30 de mayo de 2017
Espejo
Una habitación ajada de paredes quejumbrosas,
nido de recuerdos escondidos.
Un reflejo esquivo y la mirada prófuga…
El silencio rey, soberano déspota, feroz.
Los ojos cerrados para ver más…
Lo que no asoma a la superficie,
lo que te hace cambiar,
mudarte por dentro a otro lugar.
Sentarte frente a tu pasado y mirarlo con
ternura,
besarle la frente y darte la vuelta.
Salir a recorrer los caminos nunca pisados,
como si ahora sí… tuvieras el mapa correcto.
Saber que esta vez sí podés,
que reuniste armas y fuerzas.
Hacer lo preciso y cambiar el reflejo…
Ese que te regaña siempre frente al espejo.
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lunes, 1 de mayo de 2017
Momentos gigantes
Pequeños momentos gigantes…
De introspección compartida en silencios,
de complicidad traducida en gestos.
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sábado, 1 de abril de 2017
Escucho el silencio
Cuando se acaba la discusión,
me quedo escuchando el silencio.
Ya nada puede decirse.
No tienen peso las palabras,
se desgranan en letras calladas;
Como si toda la escena se tradujera en haches.
Observo la calma como un paisaje lúgubre
y la desazón de tu mirada
inunda la habitación
de una maldita media luz sepia
que me carcome el corazón.
No quiero mirarte porque me duele,
se me comprime el estómago.
Ningún sonido se reproduce en la atmósfera.
miércoles, 8 de febrero de 2017
Sé tu propio libro
Viniste al mundo por una razón, aunque no la hayas descubierto aún.
No llegaste por tu cuenta y no debes irte antes de tiempo, sola…
Sin esperar a ver las cosas hermosas que te depara el destino
y yo sé con firme certeza que van a llegar.
No digo que hay que sentarse a esperar pero si dar lo mejor que puedas de vos a los demás.
Aunque creas que no lo merezca nadie, aunque te molesten todas las personalidades diferentes que hay. Aun así, siempre hay que intentar meterse en la piel del otro y ser amable igual. Recorda cuanto duele que no te comprendan. Empezá vos, como un espejo.
No importa como se mueve el mundo, nada es tan malo como para renunciar antes de empezar. Sería como tirar una carta antes de leerla, sin siquiera abrirla.
Hasta ahora tu vida es una hoja borrador. Agarrate fuerte a la pluma y empezá a escribir una historia. La verdadera, la que si querrás recordar luego.
Se protagonista, se tu propio libro.
Convertite en el destino que prefieras. Nadie te impide ser feliz.
No desesperes, pronto llegará la epifanía.
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sábado, 4 de febrero de 2017
Orillas de Verano
Cuantas historias narrarán tus orillas,
cuantos amores, cuantas familias…
De salitre y azúcar
cada verano se escribe otro libro.
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sábado, 31 de diciembre de 2016
Corriendo el tiempo
Corre,
corre, corre…
Lo más
rápido que puedas,
que
no te alcance el tiempo.
No
hay nada que perder,
te viene
pisando los talones,
como
un torbellino desenfrenado.
Viene
tras tus pasos,
cortando
hojas y hojas de almanaque…
Estrujando
tu corazón
con
la misma compasión que tiene el viento
por una
tierna flor.
Procurá
alejarte,
que
no te alcance el tiempo…
No
permitas que te atrape
y haga
girones tus recuerdos.
Ya
sabés que no le importa,
arrebatarte seres queridos,
dejarte
sin poder creer, ni comprender
y cambiar
continuamente la forma de tus reflejos.
Intentá
escabullirte
y si
lográs escaparte
no
te detengas por nada.
Convertite
en tu propio reloj,
que
sean tus dedos las agujas
que
giran y giran rodeando el mundo.
Personificando
inspiraciones
que nunca, jamás, se desvanecerán.
Forjando
infinitos…
sábado, 9 de julio de 2016
Luz plateada
Un chorro de luz plateada
baña la cerámica de mi habitación.
Justifica dejar una hoja de cortina abierta
aunque
me aturda el sol mañana.
No
importa…
Lo paga bien el vaivén de las copas de los
pinos
mareados con el viento,
borrachos de luna.
El sonido estridente de las ramas
castigando
el techo de chapa,
hace que cobre sentido el momento.
No solo es ruido, es identidad,
es susurro de conciencia.
La veleta con el gallo del tejado del vecino gira
loca,
mientras hojas amarillas se dejan llevar
en un mar de canaletas rebosantes.
Se arremolina el viento entre las ramas de la
mora
y el nogal deja caer su herencia sin control.
A la escena se incorporan silenciosos
los
pasitos acolchonados de mi gato.
Se arrima lentamente al ventanal
mientras mira con asombro
el temporal que ruge afuera.
el temporal que ruge afuera.
Se estira, bosteza y se vuelve ronroneado,
regodeándose en su suerte, de nuevo a dormir.
Su expresión de placidez amodorrada
me hace sonreír.
me hace sonreír.
Vaga el pájaro cantor, atolondrado,
en busca de una rama
que sea amable y contundente
que sea amable y contundente
para resistir hasta que San Pedro
esté de nuevo con humor.
esté de nuevo con humor.
Una horqueta del árbol de níspero
se ofrece de refugio
se ofrece de refugio
y allí aguarda
por la calma,
observando atentamente el cielo,
igual que yo.
Parece un cuadro
en movimiento,
con la luz
crepuscular perfecta.
Me acurruco para dormitar un poco más,
mientras disfruto la vista.
Hermosa,
plateada, ideal…
Arrulla mis
sueños la alborada,
me llena de
paz.
miércoles, 6 de abril de 2016
Ya ves...
¡Hola, muy buenas a Todos los visitantes!
Esta entrada será diferente a las que acostumbro subir...
Voy a postear un poema como siempre, pero no escrito, sino
relatado.
Fue idea de mi hermano guitarrista. Él se ofreció a musicalizar
algunos de los poemas de mi libro de Poesía, incorporando también Fotografías mías.
Algunas las hice expresamente para esta ocasión y otras ya las tenía. Me
pareció buena su idea porque así pude combinar fotos y letras (las dos cosas
que más me gustan) en son de expresarme mejor.
Él compuso una melodía instrumental diferente para cada
poema, según la sensación que le provocó cada letra.
Este es el primero que realizamos. Espero que les guste la música, las
fotos y también la poesía. Aguardaré ansiosa sus comentarios!
Muchas gracias a todos por estar siempre acompañando y
guiando... :)
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lunes, 21 de marzo de 2016
Horas bajas
A la madrugada los
dolores pesan más
y si te pone en pie una
pesadilla
todo puede empeorar.
¿Qué quiso decir ese mal sueño?
tratas de descifrar…
La realidad es siniestra
y en tu cabeza se sabe
mostrar tal como es,
sin coraza racional.
A la madrugada el pensamiento varía,
no es el mismo que rige
tu vida,
es otro y te advierte
que todo lo que creías
finalmente, podría ser mentira.
Horas bajas, reflexionas. . .
examinas las secuencias
repetidas de la vida,
seleccionas los
recuerdos
para no guardar en el
arcón
malos momentos.
Los colores son opacos
y hace frio.sábado, 30 de enero de 2016
Árbol lanza flores
Hay un árbol en la
vereda camino al trabajo
que todos los días cuando
paso me lanza una santa rita color magenta.
Generalmente la ignoro,
pero hoy la acepté.
Me incliné de pasada
sin dejar de caminar,
la agarré y terminé de
incorporarme con una reverencia
esbozando un pequeño
gracias mientras continuaba el paso.
Cuando la ponía en agua se me ocurrió pensar que fue como un sutil
mensaje,
que quizá la belleza está flotando en el aire todo el tiempo
y pocas veces le prestamos atención.
¿Cuantas veces lloverá felicidad y la detendremos
con nuestro paraguas de ceguera temporal?
¿Será que lo complejo de la mente
nos prohíbe advertir las pequeñeces que suceden a nuestro alrededor?
Es difícil prestar atención a los detalles,
pero son los fragmentos los que le dan forma al curso de la historia.
O acaso mucho antes de nacer… ¿no fue por ese instante que llegamos
antes
en la épica carrera de la vida que hoy estamos aquí?
¿No se desata un desastre garrafal algunas veces
a causa de una pequeña palabra que no supiste decir
o por esa otra que no pudiste callar?
Cada detalle por minúsculo que parezca cuenta.
Lo mejor sucede en un instante,
ojalá no estemos justo mirando hacia otro lado.
ojalá no estemos justo mirando hacia otro lado.
sábado, 25 de julio de 2015
La vida, la muerte, el tiempo efímero y eterno
Es
frecuente oír a la gente lamentarse de su edad. Eso me pone un poco incomoda
porque me hace notar que el tiempo es un depredador voraz.
Nos consume
a todos a su paso y prosigue.
Siempre
pienso al ver los niños, los adolescentes, los adultos y los abuelos también.
Pienso en todos los grupos de edad de hoy día y en cien años más adelante por
decir algún numero, y me doy cuenta que para ese entonces todos estarán igual
de muertos.
El abuelo y
el niñito también. ¿Y que es un siglo contemplándolo en la inmensidad del
tiempo?… absolutamente nada.
A veces siento
que es en vano todo mi esfuerzo. Sé que me voy a ir tarde o temprano. Que soy
como una circunstancia, con un principio y un fin, incierto pero certero.
No sé
cuando voy a partir pero sé que lo haré indefectiblemente.
Entonces
escribo para dejar algo de mí. Hago fotos para dejar buenas imágenes, impactos...
¿Para
quienes? Para otros mortales como yo.
Con fechas
inciertas de caducidad, que tarde o temprano, igual que todos sucumbirán ante
la muerte...hasta la nada ¿o hasta donde?
Adonde irán
a parar esas personas, yo, todos
nosotros…
¿Nos vamos
a encontrar en algún sitio, en otros tiempos?
¿Entre
medio cuantas cosas pasaran, de que forma mutaran nuestros espíritus?
¿Habrá un
lugar común para reunirse con las personas que vivieron durante diferentes
periodos?
Podrá
acercárseme alguna vez alguien que vivió, cien , doscientos, trecientos, o los
años que fueran… después que yo a felicitarme por alguno de mis logros? a decirme
que le llegó una de mis imágenes, que le sirvieron las palabras que dejé
volando por la Web, que le inspiró mi vida?
¿Podré
acercarme yo hasta algún personaje de antaño para agradecerle por sus ejemplos
y su legado?
O será que
explotará el mundo antes y no quedará vestigio de lo que fui. De lo que fueron
los otros, de lo que fuimos todos…
Me enloquece ver todas las cosas que pasaron
antes de que si quiera yo naciera, o mis padres, o los padres de mis padres. Me
cuesta entender que yo no estaba en ningún sitio, que era espacio.
Me aterra
el ciclismo del tiempo.
Me siento
terriblemente insignificante ante la eternidad.
En todos
los años que pasaron, de los que hay registros, vi de que forma evolucionamos,
poco a poco, a fuerza de mentes hábiles y corazones fuertes.
Vi volar muchos
personajes importantes, incontables mortales que dejaron hazañas increíbles.
¿Aquellos
que murieron luchando por una buena causa por ejemplo, habrán podido ver o
saber cuanto valió la pena y en que se convirtieron sus esfuerzos?
No sé donde realmente donde comienza la historia que conozco y toda la
que desconozco.
De cuantos
seres grandiosos no habrá vestigio alguno de sus existencias en los registros
que tenemos. ¿Que pensarían ellos ahora si vieran que todo el mundo ignora sus
sacrificios y contribuciones?
Por mi
pasión por las letras leo mayormente biografías de antiguos escritores y trato
de situarme en esas épocas lejanas y resulta que no es tan diferente, puedo
inclusive identificarme a pesar de lo diferente que era la forma de vivir en
ese entonces, porque los rasgos humanos son siempre los mismos.
Somos
tantos los que vamos, que venimos… que nacemos, que morimos…
No entiendo
cual es el propósito de este desfile interminable de almas.
No lo
entiendo y nada me conforma en verdad… porque si me dijeran que puedo vivir
eternamente tampoco lo comprendería.
Si la gente
viviera eternamente no habría nacimientos. ¿Porque sino cuantos seriamos sobre
la faz de la tierra? Se acabaría el espacio físico, al menos el de la vida como
la conocemos, acá en la tierra.
Tal vez
aunque me cueste muchísimo entender, muy adentro de mí tengo un pequeño chip
que viene de fabrica, que me dice que el ciclo es como es, que es correcto y
que algún día, al terminar de madurar lo voy a comprender y aceptar.
Mientras
tanto, hoy día, mientras soy joven, me aterra envejecer.
Como el
pimpollo que luego es flor hasta que se marchita.
Supongo que
será así para lograr aceptar que se aproxima el final.
Aparentemente
no alcanza la madurez emocional, de alguna forma tienen que hacerte notar que
ya no sirve el envase, para que aceptes que no podrás conservarlo por siempre. Tendrás
que entregarlo un día, como un equipo en comodato y lo que asusta más aún que
desprendernos de todo lo que conocemos, no es el cambio propiamente dicho, sino
el temor a formar parte de la nada misma…
Es
complicado comprender el universo, el
origen de los tiempos, las otras especies, el resto de los animales, el
lugar que ocupamos nosotros en ese diminuto punto azul que moramos, donde nos
sentimos soberanos aún sabiendo que hay incalculables territorios inexplorados donde
muy probablemente habiten desconocidas animas de las que nos separan años luz y
evolución.
Eventualmente
si se va un ser muy querido pondrías sentir deseos de reunirte en ese otro
plano con él. Pero no estás seguro de que eso sea posible, por que en lo
tangible, hasta donde se ve, esa persona simplemente se esfumó, no sabemos fehacientemente
otra cosa, solo se sabe que desapareció.
Y si no es
posible la reunión quizá te conforme saber que tarde o temprano correrás la
misma suerte, la misma que todo el mundo. En definitiva, supuestamente, vamos
todos a donde no sabemos, pero vamos todos al mismo lugar y nos une ese destino
común.
Tal vez ya vivimos otras vidas anteriormente y
llegamos a ésta con el disco duro formateado. Si así fuera no sé de que sirvió
todo lo que vivimos antes, si no podemos recordarlo… O será que queda como una
pequeña parte de todo, la más relevante en nuestra memoria ROM inconsciente. En
esos pequeños rasgos que tendemos a ignorar, que llamamos percepciones.
Por otro
lado en contrapunto, hay valores humanos que importan más que la propia vida.
La propia vida que teóricamente, es lo único que tenemos. Al menos es lo único
cierto que sabemos que tenemos y pese a
esto hay sentimientos que trascienden esta certeza.
En determinadas circunstancias podríamos
decidir arriesgarnos a perder esta única cosa que supuestamente tenemos por un
sentimiento. Porque aún más importante que permanecer en este plano es el amor,
porque por amor a alguien podríamos preferir marcharnos.
En un siniestro
por ejemplo, por salvar a alguien podríamos arriesgarnos a lanzarnos a la nada
misma, a desparecer, aunque este alguien no se tratase precisamente de un ser
querido, podría ser inclusive un desconocido y no estaríamos actuando entonces en
post del amor sino en post del sentido común, o de la empatía, no sé como
llamarlo, tal vez amor al prójimo. Seriamos capaces de arriesgarlo todo por
salvar a alguien que no comparte ningún lazo afectivo con nosotros y que no
sabemos siquiera quien es.
Pero sabemos
que es el ser querido de alguien más y nos idéntica este rasgo humano, nos
ponemos sus zapatos, porque todos somos un poco de cada uno, somos el otro.
No podemos
ver morir a alguien sin enloquecer un poco. Sin dimensionar nuestra propia y
absurda fragilidad. Lo efímero de nuestra humanidad.
Nuestros
cuerpos son un increíble diseño pero están programados para subsistir
determinado tiempo. Además son vulnerables a durar mucho menos si sufren algún daño. Esto nos
deja con la incertidumbre de no saber con cuanto tiempo contamos para alcanzar
nuestras metas.
Cuanta relevancia tiene lo que tildamos de
absurdo
y cuan absurdo es lo que creemos importante.
En que principio se basan nuestras convicciones
más erróneas
Quien nos hizo creer que es importante lo que
evidentemente no lo es…, porque nos creímos tantos cuentos y hasta los
interpretamos como si viviéramos sobre un gigantesco escenario, improvisando,
siempre.
sábado, 9 de mayo de 2015
Yendo en colectivo
Viajar
regularmente en colectivo supone una serie de desventajas que uno asume de
antemano y se predispone a tolerar.
Como el hecho
de verlo irse muchas veces, un segundo antes de llegar a la parada y correr inútilmente
sabiendo que el copado del chofer no te va a tener piedad.
No te va a esperar…
aunque te vea descuajeringada correr, con una mano haciendo señas de todo tipo
y con la otra dentro de la cartera, tratando de encontrar la sube a fuerza de
palpar formas entre todos los objetos innecesarios que siempre cargás.
Que
vergüenza… quedarte en la vereda balbuceando un rosario de buenos augurios para
el chofer, mientras te miran todas las filas de las paradas contiguas.
Puedo
soportar todo eso y también que el próximo colectivo pase lleno y no me pare. Que
no frene aunque me vea en medio de la calle, flameando como un pañuelo la sube
que al fin logré encontrar. Ver como estaciona un poco más adelante de la
parada, solo para bajar gente y rápidamente arrancar.
Puedo
esperar media hora más, para luego subir a un colectivo hacinado y viajar dos
cuadras colgada del último escalón. Hasta que el chofer se avive y les grite a
los pasajeros que van delante: -¡Un pasito para atrás por favor! ...¡en el
fondo hay lugar!-
Luego
extender el brazo para sacar boleto sin poder ver bien donde está el lector, (que
según el colectivo te lo van cambiando de lugar) y darle con la sube en medio
de la cara a la señora que está tratando de bajar en la próxima parada,
mientras piso un poquito a la embarazada que va sentada adelante de todo.
Puedo disculparme
veinte veces mientras intento aproximarme un poco al fondo.
Casi
siempre logro llegar hasta la mitad y acomodarme por ahí, a fuerza de solicitar
algunos permisos y propinar algún que otro empujoncito.
En cierto
momento del trayecto, pasamos por la zona de colegios, donde bajan muchos estudiantes.
Esto merma bastante la algarabía. Se acaban las carcajadas y las disparatadas conversaciones
que te hacen involuntariamente sonreír.
Pero antes
de descender te dejan un recuerdo de pines estampados, te embisten con sus gigantescas
mochilas que parecen estar cargada de adoquines sin remordimiento alguno, no
les incomoda en absoluto, no mirarán atrás y no se las quitarán por nada de sus
espaldas mientras atraviesen el estrecho pasillo hasta la puerta trasera.
Aguanto
todo… pero hay una circunstancia en particular que me molesta mucho más que
todas las demás.
Cuando al
fin empieza a decender más y más gente y comienzo a sentirme una sardina un
poco mas holgada y feliz, me predispongo a conseguir asiento y presto atención
a los que se desocupan cerca de mí.
Empiezan a
quedar huecos poco a poco, se liberan los asientos de las ventanillas.
¡Perfecto!
pero aquí me enfrento a otro problema. Se trata de una clase de egoístas
pasajeros que no logro tolerar… Son los garcas del pasillo.
Esa gente
que se sienta en el asiento doble del lado del pasillo, te ve parada ahí,
esperando poder al fin sentarte y te
mira como si fueras una ilusión óptica.
Vos estás
viendo que el asiento de la ventanilla está liberado, mirás a la persona que
esta sentada muy oronda y le decís con los ojos que se corra por favor… pero
eso no sucede. Entonces no te queda más remedio que pedir permiso de pasar.
Esperando
por supuesto que la persona deslice su trasero hasta la ventanilla, es algo muy
simple, no creo que sea mucho pedir… pero no. Solo se voltea de costado,
despejando aproximadamente diez centímetros para que puedas pasar. Entonces no
queda otra… hay que hacer una postura de arte marcial, pararse en una pierna y
sostenerse haciendo equilibrio con la cartera, la campera y Dios te ayude si
traes bolsas de compras o mas cosas en las manos.
Yo
realmente no lamento si ocasionalmente pego algún que otro codazo sin querer.
Y si tu
recorrido termina antes que el de esta persona… otra vez la odisea, porque obviamente
no piensa levantarse y dejarte pasar.
No entiendo
porque... pero no importa, por suerte eso fue lo último. Ya me toca bajar.
sábado, 16 de agosto de 2014
Un momento feliz, un pequeño tesoro salvado
Entre un manojo de olvidos
brilla un pequeño recuerdo
igual que una estrella rota.
¿Cómo es que puede sobrevivir
un momento feliz
al guadañazo de
los años
que va cortando hojas y hojas de
almanaques?
¿Cómo pudo conservarse inmaculada una
sensación,
después de todo
el lodo que corrió bajo mis pies,
después de todo
el cielo que se abrió sobre mi piel?
Como si fuera una foto en movimiento,
la memoria
narra ese momento,
con aires de gala de cine.
Incluso lo musicaliza
y deja oír fragmentos
de los diálogos importantes.
Pero aun más que el recuerdo en si
con todo su detalle minucioso,
recuerdo la sensación interna.
Mi tierna percepción adolescente,
como me preparaba para salir al ruedo
y como el mundo parecía un escenario
diferente.
Acaricio con cariño ese recuerdo
que revive una canción cada vez que suena,
aunque involucre a una persona que hoy por
hoy
no tiene ninguna relevancia en mi vida.
Igual que una estrella extinta,
solo reluce su aura en el cielo,
pero aun así… siempre es grato verla.
Conservo ese suspiro de antaño
como un pequeño tesoro.
viernes, 25 de julio de 2014
El color del camino
el tiempo escaso…
En ocasiones nos
encontramos tan inmersos
en el trajín de la
vida
que nos perdemos de
disfrutar todo aquello
por lo que
justamente estamos atareados.
Parece que todos
los días son lunes…
Nos llenamos de
obligaciones
para finalmente
complacernos
y hacernos la vida
mas grata,
pero nos quedamos
en el esfuerzo
y en el trabajo.
Cobramos estipendios
en una moneda
que verdaderamente
no vale nada.
Somos tan exigentes
con nosotros
que nos regañamos mucho
y nos felicitamos
poco…
por nuestros grandes
logros,
por la evolución,
por todo eso que
llegamos a ser.
Por lo que crecimos
y compartimos,
por todo lo que
aprendimos
a fuerza de tantos
golpes…
Nos acostumbramos tanto
a lo oscuro
que hasta para
soñar
nos ponemos un
limite, un tope.
Soñamos también en
base
a nuestra lógica
descabellada
de racionarlo todo…
como si nunca fuéramos
a morir,
como si pudiéramos
llevarnos
algo tangible en
los bolsillos.
Hoy quiero
desatarme de estructuras,
quiero soñar que
todo es
como lo deseo en el
corazón,
no como indica mi
mente.
Quiero ver todo con
estos ojos
de los colores más
intensos,
los que me gustan,
¡los que yo quiero!
y caminar
hasta que se me
quite el fastidio de la rutina,
hasta que se me
caigan los malos gestos,
la apatía.
Hasta que se me
impregnen los pies
de la suave brisa
y la calma del día.
Que la energía más
alta y el color mas intenso
maticen mis pasos,
que se tiña de calidez
el ambiente
en donde me
encuentre
y se marque a fuego
como un tatuaje de
gamas estrepitosas
el color del camino…
Sé que
de mí depende
que si yo quiero…
todos los días son viernes.
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