Me fascina la magia de lo abstracto. Lo que és si querés y sino és otra cosa…

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sábado, 8 de marzo de 2014

La inmensidad de nuestro mundo personal


Profunda (a mi entender) es esa mujer cuya meta en la vida va mucho más allá de los mediocres ideales estipulados vaya a saber por quien… (Me refiero a ese cuento netamente instintivo de relacionarse y tener hijos) Una mujer profunda puede tener la bendición de tener todas estas cosas o no… pero aspira a mucho más… A ampliar el horizonte, a desplegarse dentro de su mundo personal...
El asunto reside en trascender no solo por medio de la descendencia, sino por sí misma, por todo lo que pueda reproducirse en su interior y transferirse sin fronteras a quien quiera que sea (familia, amigos, allegados, conocidos y desconocidos)
Se  trata de una trasferencia que está íntimamente ligada al arte. Cada  mujer de esta clase tiene algo que mostrar y compartir. Siente la obligación de devolver con la habilidad que posea toda esa belleza que el mundo le otorga porque si, gratis.
Esta clase de mujeres son generalmente distraídas, pésimas amas de casas y tienen una lógica rotundamente diferente en comparación con las que solo atienden su instinto animal.
La profundidad viene del alma, no de la mente. Son inteligentes, pero esto solo es una particularidad más que las define. Es decir, hay mujeres que son inteligentes pero no son profundas, porque utilizan la habilidad mental por ejemplo: solo para triunfar monetariamente. Al lograrlo llevan una vida frívola, ignorando u olvidando por completo cosas esenciales, por eso muchas veces teniendo de todo no logran sentirse plenas.

Las mujeres que yo admiro surcan la inmensidad del océano en sus mundos personales.

Son mujeres profundas que tienen ancha la mirada y transmiten luz a los que saben mirar.