Me estanqué durante algunos instantes sobre tus ojos,
me quedé observándote deslumbrada.
Pese a que habíamos hablado antes mil veces
jamás te había prestado veraz atención.
Talvez debido a mi tajante dispersión
es que no había reparado en el hoyuelo
que se dibuja en tu mejilla al sonreír.
Descubrí de pronto otra cosa en vos,
algo me hizo verte diferente,
o quizás sencillamente nunca te había mirado.
Me gustó tu dialogo
y como se formaban las palabras en tus labios.
Resonaba en mi cabeza tu nueva voz
mientras procuraba no mirarte demasiado los labios.
Tomé un poco de distancia por si acaso
y sacudí mi cabeza
como queriendo hacer caer esa loca idea
que se me había incrustado de morderte la boca,
de besarte tal como se trazaba la escena en mi mente.
- ¿no que? - preguntaste
- nada, nada… - respondí
y simultáneamente salí huyendo de allí.
Me sentí desvestida de pronto,
te quedaste ahí parado confuso
mientras yo me alejaba riendo sola y preguntándome
¿Qué fue todo eso?